viernes, 14 de septiembre de 2012

En memoria de Enrique Varela


En los inicios de la Banda Elástica hubo algunas deserciones antes de que el sueño se pusiera realmente en marcha. Y en medio de ese "desorden" inicial, una afortunada circunstancia fue cuando Hugo Pierre, para cubrir una de las "plazas vacantes" del octeto proyectado, me sugirió que llamáramos a otro saxofonista, Enrique Varela, en quien él confiaba plenamente ya que habían compartido muchas aventuras musicales. Y cuánta razón tenía...Yo sabía que Varela era muy experimentado, con una gran trayectoria, pero nunca imaginé que nos toparíamos con tanto talento y tanta serena autoridad. Tenía una imaginación y un swing sin fisuras, un oído fenomenal y muchas veces, al escucharlo, comentábamos con Jorge Navarro que era como estar delante de uno de los grandes maestros del jazz, tanta era su fluidez y su solvencia.


De las muchas cosas disfrutables que había en la Banda, recuerdo con mucho cariño que cuando hacían "Flores negras" junto con Navarro, y era un número para especial lucimiento de Enrique en saxo soprano, siempre me quedaba al costado del escenario para paladear cada frase que nos regalaba. Y cada vez que concluía el tema, la sensación que me inundaba podía traducirse en "Maestrazo!"...



En suma, un talento exquisito y todo un caballero, un auténtico irrepetible. Los que fuimos sus compañeros y amigos vamos a echarlo de menos. Y la buena música también. 

viernes, 27 de julio de 2012

Las cosas por su nombre


Días pasados no pude menos que asombrarme al leer la noticia del premio que la Universidad Finisterrae otorgó a un grupo de alumnos, a propósito de un concurso de proyectos de interés social. El premio en cuestión era por la creación de una aplicación para teléfonos celulares, denominada “Trueque”, que permitiría a sus usuarios conocer al instante el valor de diversos objetos y mercancías, para ser trocados sin necesidad de dinero de por medio.

Hasta aquí podría parecer interesante, dado el aumento en los últimos tiempos de la modalidad de trueque en las capas medias de la población. Pero la sorpresa llega cuando uno se entera de que la idea central del proyecto es que se desarrolle en campamentos, con lo que uno se pregunta cuál será la posibilidad de los habitantes de campamentos de disponer de objetos o mercancías que “les sobren” como para trocar con otros habitantes, supuestamente en las mismas condiciones. Y la sorpresa aumenta a niveles de incredulidad cuando uno se entera que dicha aplicación solamente funciona en celulares de última generación...

La primera reflexión es acerca de si esos alumnos estuvieron alguna vez en un campamento y tomaron contacto con las terribles condiciones imperantes. O si alguna vez se interesaron en hablar con alguno de sus desafortunados habitantes. O si alguna vez se preguntaron qué sería lo primero que sensatamente haría alguno de ellos si cayera en sus manos un teléfono celular de semejante valor. O si pensaron alguna vez en cuántas cosas necesitarían tener esas personas, antes de la sofisticación que significa internet. Y de nada vale que se alegue que una compañía telefónica podría interesarse en proveer esa conexión como experiencia piloto. No es difícil imaginar adónde apunta esa compañía. 

Y la segunda reflexión, realmente preocupante, es que autoridades universitarias otorguen un premio así, en lugar de hacer revisar a sus alumnos la irrealidad de sus miradas, por decirlo de una manera suave, o en lugar de hacerlos visitar esos lugares de los que seguramente sólo han oído hablar y a los que no se han acercado ni en sus fantasías.

Pero quizás lo realmente patético de todo este dislate es darse cuenta que esta fase altamente tecnificada de nuestra cultura, con sus variada gama de recursos digitales (Twitter, Facebook, etc.), parece estar haciendo que, por ejemplo, esos alumnos y autoridades, así como tantísima otra gente, terminen creyendo que la vida pasa por sus teléfonos.

martes, 17 de julio de 2012

Anuncio: "Paseos musicales", taller con Ernesto Acher

En la inmensidad del espacio musical siempre se puede elegir un paseo lleno de posibilidades de descubrimiento y enriquecimiento emocional, del mismo modo que en una travesía por la enorme gama de paisajes que nos regala la naturaleza.


E igualmente que en un paseo, uno puede detenerse y contemplar largamente la inefable belleza del mundo sinfónico de un compositor, tanto como caminar y recorrer los vericuetos de las nuevas formas que aportó el siglo XX.


Y al igual que el paisaje, nunca se agota y siempre se renueva, por lo tanto no hay límite para explorar y reexplorar, profundizando cada vez más el conocimiento y, más importante aún, enriqueciendo la experiencia y la conexión emocional con ese maravilloso mundo que es la música, el último refugio de la poesía sin palabras.


PASEOS MUSICALES 1

EL FIN DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL XX
Las vivencias de uno de los momentos más críticos del mundo occidental y su traducción en la música, haciendo también mención a otras formas artísticas.
  1. Apogeo y evolución del romanticismo
  2. Las poderosas intuiciones
  3. Caminando por el borde
  4. Los nuevos caminos
Grupos de 6 personas
Cuatro sesiones, los días jueves, de 19:00 a 21:00, a partir del 16 de agosto. ¡Inscríbete!
Costo del curso por persona: $ 80.000
¿Quien soy?

lunes, 25 de junio de 2012

Usted también diga...


Un hombre de avanzada edad visita a su médico y le plantea su preocupación por las lógicas dificultades que tiene en cuanto al sexo.
- Doctor, el asunto ya no funciona más...
-¿Y qué esperaba, hombre? - responde el doctor - Usted está por cumplir 85 años.
- Pero es que mi socio, que ya tiene 88, dice que tiene relaciones tres veces por semana.
- ¿Y cuál es el problema? Usted también diga...

Este viejo cuento ilustra una de las características más sobresalientes de la cultura actual, en la que el marketing ha reemplazado a la ética y la desaforada búsqueda de popularidad hace que la apariencia ocupe el lugar de la verdad. No es poco lo que contribuyen los medios masivos, como la televisión con esos atroces engendros de exhibicionismo, que no casualmente se dan en llamar "reality". No sé si muchos recuerdan que esos engendros son patéticos derivados comerciales de "1984", una aterradora obra futurista de George Orwell (que tuvo una excelente versión fílmica precisamente en 1984), que en la figura del "Gran hermano" presenta al siniestro personaje que conduce y digita la constante escritura y reescritura de la historia. El pasado deja de tener entidad y sólo importa el relato mistificado de un ayer inventado que convierte la vida en un eterno presente con cuestionables posibilidades de futuro. Creo que cabría preguntarse cuán lejos o cuán cerca estamos de ese escenario.

Figuras de la farándula que se escudan en la cirugía, no para ser sino para parecer; políticos de todos los sectores que se llenan la boca criticando lo que ellos mismo hicieron en otro tiempo; sacerdotes que frente a fotos comprometedoras aducen "amistades de infancia"; presidentes y funcionarios tratando de disfrazar con palabras un dudoso pasado pro dictadura.

En fin, usted también diga...

viernes, 1 de junio de 2012

Una visita imperdible

Hasta el 15 de julio, en el salón de exposiciones de la Corporación Cultural de Las Condes (Apoquindo 6570), se exhibe la muestra "Pintura eterna", con obras de Pedro Lira.
Creo que es un paseo ineludible, y seguramente memorable, por la obra de quien considero el máximo exponente de la pintura chilena tradicional. Una a una, las imágenes deleitan por la maestría del trazo sereno y conmovedor, a no dudar obediente reflejo de una mirada cálida y hasta diría benévola, pero no por eso menos penetrante y certera. Tal vez en los paisajes esa mirada resulte un poco más distanciada y algo inclinada a la "representación", pero cuando aborda personajes y sus escenas, especialmente con la figura femenina, es cuando el contacto se hace intenso y el relato afectivo captura.

De cuño romántico, encontramos ecos de la luz goyesca en "Escena en la playa"


o reminiscencias de los maestros franceses en "La lectura interrumpida".




Y a pesar de su manifiesto desapego de las tendencias europeas de fines del siglo XIX, no podemos dejar de apreciar destellos impresionistas en esta escena



Pero sin duda, los dos puntos de mayor atracción de la muestra son la intimidad y la ternura de "El Pelusa"




y la sobria emoción, contenida y dramática, de "La carta de amor": una obra maestra.



En suma, una visita imperdible.

martes, 8 de mayo de 2012

En memoria de Caloi


Otra tristeza, otro pedazo de la vida de uno que se pierde en la bruma sin retorno. Es como si la partida de una de esas figuras lo dejara a uno con el espacio más chiquito, como si las luces fueran de a poquito perdiendo brillo. Así como el Negro Fontanarrosa, Caloi (otro "negro" que se va...) nos iluminó con su humor popular y sabio, sin olvidar que su talento era capaz de descubrir un montón de otras conmovedoras imágenes, más acá y más allá del humor, como bien gocé hace unos años en una exposición de sus trabajos en Rosario.

En lo personal, no fueron muchos los encuentros pero sí siempre gratos y sobre todo divertidos. Para compartir, me queda el recuerdo de un asado en una casa-quinta, allá por el noventa y tantos, con un desopilante partido de fútbol incluido... De pie, Pedro Pablo García Caffi, Joan Manuel Serrat, Negro Fontanarrosa, Chiche Aisenberg y Berri Navarro; agachados, Caloi y yo.


Gracias, Negro, por tanto regalo de humor y que tengas un buen viaje. 

sábado, 14 de abril de 2012

La conexión

A propósito de una charla con mi amigo Gabriel Bunster acerca de la conexión y el trabajo en equipo, se me ocurrió traer al blog un bello ejemplo: el primer movimiento del Cuarteto No.2 de Borodin, interpretado por el Cuarteto Kopelman. Mikhail Kopelman fue, durante veinte años, el primer violín del Cuarteto Borodin, tal vez el más excelso cuarteto de todos los tiempos.

La forma del cuarteto de cuerdas es tal vez el más exquisito ejemplo de "destilado musical", vigente ya desde los tiempos fundacionales de Haydn hasta nuestros días. No sólo la escritura de la forma cuarteto es una suerte de compendio expresivo llevado al extremo, también la forma "física" del cuarteto (dos violines, viola, cello) nos muestra cómo la "conexión" permite volar y fluir por esos insospechados espacios de la inspiración musical. No casualmente muchos de los mejores compositores de primera línea, siendo grandes sinfonistas, llegaron en la etapa final de sus vidas a este excepcional territorio del cuarteto de cuerdas, en el que volcaron toda su sabiduría y su capacidad de síntesis.

En el video del Cuarteto Kopelman se puede apreciar cómo "respiran" sincronizadamente para que el lirismo de Borodin aparezca en todo su esplendor. Se mueven como hojas de una maravillosa planta mecida por una envolvente brisa.



La conexión suele ser mágica, todos volando alrededor de un mismo centro que no está en ningún lado o, mejor dicho, está dentro de nosotros mismos. Y en el caso de estos excepcionales intérpretes, en ese mecerse y en esa sincronicidad la música envuelve con su brillo, la música captura. Tanto a quienes la hacen como a quienes la escuchan...