En los inicios de la Banda Elástica hubo
algunas deserciones antes de que el sueño se pusiera realmente en marcha. Y en medio de ese "desorden" inicial, una afortunada circunstancia fue cuando Hugo Pierre, para cubrir una de las "plazas vacantes" del octeto proyectado, me sugirió que llamáramos a otro saxofonista, Enrique Varela, en quien él confiaba plenamente ya que habían compartido muchas aventuras
musicales. Y cuánta razón tenía...Yo sabía que Varela era muy experimentado, con una gran trayectoria,
pero nunca imaginé que nos toparíamos con tanto talento y tanta serena
autoridad. Tenía una imaginación y un swing sin fisuras, un oído fenomenal y muchas veces, al escucharlo, comentábamos con Jorge
Navarro que era como estar delante de uno de los grandes maestros del jazz,
tanta era su fluidez y su solvencia.
De las muchas cosas disfrutables que había
en la Banda, recuerdo con mucho cariño que cuando hacían "Flores negras"
junto con Navarro, y era un número para especial lucimiento de Enrique en saxo soprano, siempre
me quedaba al costado del escenario para paladear cada frase que nos regalaba.
Y cada vez que concluía el tema, la sensación que me inundaba podía traducirse
en "Maestrazo!"...