Quién soy

Desde los años de infancia, guiado por mi tía Chola al hacer mis primeras travesuras en el piano, ha sido hasta ahora una laaaaaaaargo camino... 

Después de haber pasado por algunas profesoras, que me regaloneaban mucho menos que mi tía, comencé a cuestionarme la enseñanza porque no veía más que escalas y arpegios, y alguna que otra obra interesante. Y de alguna manera esa suerte de vacío vino a llenarse, a los diez u once años, al descubrir el jazz. Me animé a tocar clarinete y participé en diversos conjuntos, y no sé si era bueno pero me divertía mucho tocando. Luego la suerte o la casualidad, quién lo sabrá, hizo que a través de un amigo descubriera por fin la gran música, principalmente a través de Bach y Mozart.

Pero en ese tiempo hubo un desvío importante al decidir, equivocadamente claro, que la música era un hobby y que tenía que procurar una profesión rentable. La elección recayó en la arquitectura, que ocupaba el segundo lugar en mis preferencias. Seis años de carrera, buenas notas, el ansiado título, seis años de profesión, y a la vuelta del tiempo estaba como en mi infancia, sintiendo que por ahí no era...

Y otra vez a saltar... Decidí dejar de lado la arquitectura y dedicarme a la música, pero por suerte el diablo metió la cola y aventuras y casualidades (otra vez...) me llevaron a Les Luthiers. Contra la opinión de los que me rodeaban, me metí de lleno y al poco tiempo me sentí "en mi salsa". Fueron muchos años, de creatividad y de aprendizaje, de mucho trabajo y grandes satisfacciones.

Pero la vida cambia, la diversión y los fundamentos quedaron de lado, y llegó la hora de respirar aire nuevo y limpio. Después de un breve paso por los jingles y las bandas de sonido, convoqué a un querido grupo de amigos de la época del jazz y armamos La Banda Elástica. Es cierto que duró menos de lo que merecía, pero fue una época memorable, con mucha música y mucha diversión.

Después llegó el turno de sueños postergados y empecé con la dirección orquestal, al principio en pequeña escala con la Offside Chamber Orchestra, un disparate sinfónico en miniatura, para después animarme con las orquesta grandes y hasta con programas de repertorio.

Y con los años, muchos y variados proyectos, a veces como compositor y otras como arreglador, tanto en mis últimos años en Argentina como en los más de diez años que llevo en Chile. Y así nacieron "Gershwin, el hombre que amamos", "Los animales de la música", "Había una vez un país", "Homenaje a Astor Piazzolla", "Fantasía en concierto", "La orquesta va al colegio", "Acher en serio?", "Juegos sinfónicos".

Y el camino continúa y lo bello sigue siendo disfrutar del paisaje; y del vientito en la cara, que nos dice que vamos andando...