En una fiesta de cumpleaños de Carlos Inzillo, un entusiasta e incansable difusor del jazz, coincidimos tres clarinetes: Juan Carlos Bazán, Beto Wassington y yo; nos pusimos a tocar “en trio” y fue tan divertido (e insólito) que la idea me quedó flotando. Tiempo después le propuse a Bazán armar un grupo y en seguida se prendió el inefable Ferramosca como segundo clarinete. Después se agregaron Fili Savloff en guitarra y Juan Antonio Rodríguez en contrabajo.
Comenzamos a ensayar en la casa de Bazán en Belgrano y a los pocos meses el mismo Inzillo (¿quién si no?) nos invitó a presentarnos en su histórico ciclo de la Sala AB del Teatro San Martín de Buenos Aires. Nos preparamos mucho y, a pesar de algunos tropiezos, olvidos y otra peripecias, el debut salió bien y por suerte quedó el testimonio en video. Después intentamos seguir pero algo había cambiado y una cierta onda se había evaporado. Fue debut y despedida, como diría Chico Novarro, pero sin ninguna duda valió la pena.
Hace unas pocas semanas copié el audio en un CD y lo escucho con regularidad en mis viajes a la universidad. Voy a comenzar las gestiones para intentar editar el material porque me parece una maravilla, mucho swing, muchas ideas y en cada segundo se oye el placer de recrear esas joyitas del pasado en un formato infrecuente. De todo el material elegí "Limehouse blues" como "muestra" de lo que hacíamos.
Disfruté de la música y de la historia.
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