Cómo empezó la historia...
A fines de 1992 iba con cierta frecuencia a un simpático pub del barrio de Belgrano que se llamaba “Merlyn”. Tomando café con los dueños, en marzo del ´93, me preguntaron si no tenía ganas de hacer alguna presentación. No es que no tuviera nada preparado, es que nunca se me había ocurrido presentarme solo y me preguntaba “¿haciendo qué?”...
Casualmente, por esa época nos juntábamos con Rudy (Marcelo Rudaeff) a tomar café, y le propuse que armáramos un unipersonal de puro humor y sin nada de música, pues poco o nada podía hacer yo solo. Después de reírnos varias semanas con los disparates que escribíamos, le fuimos dando forma y decidí hacer el experimento de enfrentarme al público solito yo y mi alma. En mayo del ´93 se anunció la presentación de “Humor, con Acher” por dos sábados. El personaje era un señor que se veía obligado a dar una conferencia sobre humor pero cuyo texto le evocaba chistes, hasta que dejaba los papeles de lado y terminaba contando chistes “a pedido del público”. Para el segundo sábado ya se hicieron dos funciones, a la semana siguiente una el viernes y dos el sábado, y en el boliche que se llenaba con unas noventa o cien personas había noches de ciento treinta y más. Para hacerla corta, lo hice durante todo ese año y el siguiente. Luego lo hice en el “Paseo La Plaza”, “Teatro de la cova”, “Clásica y moderna”, “Opera Prima”, en el interior, en Chile, etc. Con el tiempo se fue renovando y lo que fue un “experimento” de dos sábados duró mucho más de lo imaginado y todavía hoy, cuando lo saco ”de la galera” más actualizado y flexible, sigue funcionando como en sus mejores días.
La ventaja del esquema es que, por suerte, los chistes no se acaban nunca...
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